Leopard-skin pill-box hat, (Manchester) 17-5-1966

El famoso bonete de piel de leopardo ha servido para muchos usos, y sigue siendo de buena calidad, como lo demostró Dylan durante la pasada gira europea abriendo con sus sones e irónica lírica el concierto de Londres el 26 de abril, de buen corte interpretativo. Dylan grabó esta canción en marzo de 1966 y fue incluida en el doble Blonde on Blonde, barnizando con su riff rockero el brillo esplendoroso del álbum. La canción nació con la maleabilidad para ser versionada al directo, y en ello se ha empleado Dylan, de ahí que podamos escucharla en diferentes etapas de su carrera musical. De todas ellas me sigo quedando con la magnífica versión que ejecutó con The Band (entonces The Hawks) la noche del 17 de mayo de 1966 en el Free Trade Hall de Manchester (Inglaterra), dentro del tour británico de aquél emblemático año. Es una versión que podemos escuchar en el disco oficial Live at the Royal Albert Hall, que para respetar las cintas piratas que de esta actuación circularon durante años se incluyó equivocada y conscientemente el set eléctrico de Manchester como si hubiera sido el de Londres. Sin embargo, prefiero escuchar esta versión en la cinta pirata Guitar Kissing & The Contemporary Fix, de excelente calidad y donde se pueden apreciar algunos comentarios de Dylan al acabar el tema. Así pues, después de Manchester y el largo periodo de silencio en directo, Dylan rescataría Leopard skin... durante la gira con The Band en 1974 y con la Rolling Thunder Revue dos años después, de la que es significativa la versión en el concierto (evening) de Clearwater el 22 de abril. Se sucedieron después otras versiones interesantes, como las de la gira de 1984 (que Dylan interpretó en Madrid el 26 de junio), siendo destacables las de París (1 de julio) y Slane el 8 de julio (cantada a dúo con Bono, el líder de U2) y en todas ellas, por supuesto, con el inconfundible sonido de la guitarra de Carlos Santana. Además de un imprescindible tema para el directo, Leopard skin... también lo ha sido para ser versionado por otros artistas, a la sazón destacaría las realizadas al blues por Hat Beck, o Zen Trickster y BB King en Nueva York el 24 de mayo de 2003, las interesantes de Jimmy Lafare o Frewings (Derek Truck y Jimmy Herring), estos últimos en su actuación del 14 de diciembre de 1997 en el Paradise Rock de Boston, siendo fantástica la que John Mellecamp borda en el 30th Anniversary Concert Celebration en homenaje al maestro Dylan.

Edie Sedgewick.- La letra de Leopard-skin pill-box hat fue, en su tiempo, objeto de estudio con la pueril intención de conocer a quién estaba dedicada, como sucediera con otras canciones del Blonde on Blonde (Just like a woman o Sad eyed lady of the lowlands, por poner un ejemplo), todo ello con el trasfondo morboso del matrimonio Dylan y Sara, que ambos mantenían en secreto, tanto como lo fue su boda. En el caso de marras se señaló la imagen bella y errática de la modelo Edie Sedgewick, quien tras pasar traumáticamente por la Factory de Warhol, el abuso de fármacos, el uso de un bonete de piel de leopardo, la convivencia en el Hotel Chelsea, donde vivía Dylan y otros artistas, la amistad que mantenía con el juglar, fueron motivos para pensar que había sido la musa inspiradora de Dylan para este tema, algo que el autor jamás ha afirmado ni desmentido. En cualquier caso, el ambiente artístico del Nueva York de mediados de los sesenta formaba como un souflé donde todos los que tenían algo que mostrar parecían estar en conexión.

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Gates of eden. Oakland (California), 4-12-1988.

Gates of Eden es de esas canciones que marca cuando uno la escucha por primera vez, la profundidad de su melodía y el fraseo misterioso y a la vez contumaz con el que la voz de Dylan discurre por los versos incita a conocer qué historia nos está comunicando, de ahí que cuando uno lee la letra descubre la belleza de la poesía que emana de la sensibilidad de este juglar. Resulta maravilloso escuchar la versión que interpretó el 4 de diciembre de 1988 (veintitres años después de haber sido compuesta para el álbum Bringing it all back home) en el Oakland Coliseum para el concierto benéfico The Bridge School, una iniciativa altruista de Neil Young y su mujer, Pegi, para ayudar a niños con grandes discapacidades físicas y complejas necesidades de comunicación. Ya había concluido Dylan su actuación cuando regresó al escenario acompañado por el guitarrista (y miembro de su banda en la gira de aquel año) G. E. Smith, para dejarnos esta joya irrepetible. Bien es cierto que Gates of Eden ha dado juego en múltiples giras a lo largo de cinco décadas, de las cuales hay versiones que destacan para comprobar la intemporalidad de esta música y poesía. Así, recientemente editada esta canción en 1965, Dylan la incluyó en el libreto de sus innumerables giras de aquel año, fructífero en inspiración y fuerza compositora, siendo la versión interpretada el 7 de mayo en el Free Trade Hall de Manchester, Inglaterra, la más destacable de entonces, una genialidad que repetiría en 1974 tras el largo paréntesis en directo (a excepción de la Isla de Wight (1969), el concierto por Bangla Desh (1971) y alguna que otra actuación espontánea), dejando en Boston, el 14 de enero, una Gates of Eden acústica de bella factura. Ya con banda bordaría la canción en Estocolmo el 18 de mayo de 2000. La canción es del más puro estilo dylaniano, inconfundible, trae recuerdos de viejas épocas, de otros vientos y otros ámbitos. Magistral. Es también inimitable, aunque rulan por los escenarios dos versiones interesantes, como las de Robyn Hitchcok (Hookeen 26-3-2005) y la más famosa, la de Gene Clark, interpretada en Londres el 4 de abril de 1985. También el grupo de jazz Moore trio hizo de este tema una versión instrumental en Antwerpen el 4 de diciembre de 2005.

Vídeo de la actuación de Dylan en Oakland.


Las puertas del edén.

Con guerra y paz se tuerce la verdad
su gaviota de queda planea
sobre bosques de nubes cuadrúpedas
el ángel vaquero cabalga
con una vela encendida al sol
aunque su brillo es cera negra
pero no bajo los árboles del edén.

La farola se yergue con brazos cruzados
sus garras de hierro sujetas
a bordillos bajo gujeros donde lloriquean bebés
aunque ensombrece el emblema metálico
al cabo, sólo se puede caer/con estrépito absurdo
/jamás llega un sonido desde las puertas del edén.

El soldado cruel hunde su cabeza en la arena
y luego se queja
al calzador descalzo que se quedó sordo
pero aún permanece
en la playa donde aúllan sabuesos
a barcos de velas tatuadas que navegan
rumbo a las puertas del edén.

Con una aguja de brújula oxidada
Aladino junto a su lámpara
monta a mujeriegas en el becerro de oro
con ermitaños utópicos
antes sus promesas de paraíso
no oirás risa alguna
salvo entre las puertas del edén.


Relaciones de propiedad
susurran bajo cuerda
a los condenados a obrar en consecuencia
y esperan a los reyes sucesores
y yo intento armonizar con canciones
que canta el gorrión solitario
no hay reyes tras las puertas del edén.

La negra virgen motorista
reina gitana sobre dos ruedas
y su fantasma tachonado de plata
hacen aullar al enano de franela gris
mientras llora a las siniestras rapaces
que picotean sus miserables pecados
y no hay pecados tras las puertas del edén.

Los reinos de la experiencia
se pudren en el preciado viento
mientras los menesterosos intercambian bienes
deseando cada uno lo que el otro obtiene
y la princesa y el príncipe
discuten qué es real o no lo es
eso da igual tras las puertas del edén.

El sol forastero mira de reojo
una cama que nunca es mía
mientras amigos y otros extraños
intentan renunciar a sus destinos
dejando a los hombres plenamente libres
para hacer lo que les plazca salvo morir
y no hay juicios tras las puertas del edén.

Al amanecer viene mi amante
y me cuenta sus sueños
sin querer enterrar lo atisbado
en la fosa de los significados
en ocasiones pienso que no hay palabras
salvo éstas para decir la verdad
y no hay verdades fuera del edén.

(La traducción de la letra al español ha sido recabada del libro "Letras 1962-2001"; la fotografía, de Kramer, pertenece a las sesiones de grabación del álbum Bringing it all back home).

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Billy, una insólita espera de treinta y seis años para escuchar la canción en directo. Estocolmo, 22-3-2009

Treinta y seis años han pasado desde que Bob Dylan compusiera esta canción para la banda sonora de la película Pat Garret y Billy the kid bajo la dirección de Sam Peckinpah allá en 1973, los mismos años que el juglar ha tardado en versionarla e interpretarla en concierto. Sucedió la noche del pasado 22 de marzo, en el Berns Salonger de Estocolmo, en el inicio del tour europeo que concluyó el pasado seis de mayo en Dublín. Es, pues, el único testimonio en directo de este tema, cuya versión, si bien no puede dejar indiferente a sus seguidores ante la sorpresa de escucharla en el escenario, no pasará, por su interpretación, a las mejores canciones de esta gira. Es una lástima que un tema tan formidable no haya corrido la suerte de otros de aquella época como Knockin’ on heavens doors, la balada siempre reinventada ya sea en versión acústica, rockera o sinfónica, todo un himno en los conciertos de la década de los ochenta y noventa. Pues bien, la canción Billy, que tenía múltiples caras: Billy 1, Billy 4, Billy 7 si nos atenemos a las tomas para la grabación del disco oficial, pues los outtakes de ésta fueron innumerables, es el reflejo más fidedigno de una música fronteriza con Nuevo México, de ahí que ahora, que Dylan publica un nuevo álbum con sonido de aquellas tierras, ríos y tabernas, se haya lanzado a interpretarla en directo y, ya sea con mayor o menor acierto, me resulta emocionante escucharla, es como una ráfaga de viento fresco y polvoriento que lima la nostalgia y abre nuevos caminos. La canción nos remonta a la azarosa vida del fugitivo William Henry McCarthy, más conocido como Billy the kid, que comenzó su famosa carrera delictiva como ladrón de caballos y ganado y posteriormente, acusado -algunos dicen que legal y otros que injustamente- de veintiún homicidios, tras múltiples persecuciones, detenciones y huídas, encontró su fatal destino en Fort Sumner, al norte de Alburquerque, a manos de su implacable perseguidor, el sheriff Pat Garret, escribiendo así uno de los pasajes más populares de la crónica negra estadounidense de finales del siglo XIX. Tres versiones de este tema destacaría por su acercamiento a la fidelidad musical con la que Dylan compuso la canción: una del grupo Los Lobos, incluida en la banda sonora de la película I'm not there, sobre diversas etapas de la vida de Bob Dylan, en esta versión podemos escuchar el acordeón de David Hidalgo, quien aplica su virtuosismo con este instrumento a las canciones del último álbum de Dylan, Together through life; una segunda de Ian Siegal, interpretada en Zootermeer (Holanda) el 13 de diciembre de 2008, y una última, que me agrada enormemente, es la del grupo Calexico, en su actuación del 12 de julio de 2007 en el Zeltival Am Tollhaus, celebrado en la ciudad alemana de Karlsruhe.

Las pistolas te encañonan al otro lado del río
un agente sigue tu rastro deseando atraparte
también los cazadores de recompensas quieren trincarte.
Billy, no les gusta que seas tan libre.

Las guitarras cantarán tu apoteosis
en un callejón de Tularosa
o tal vez en el Valle del Pecos.
Billy, estás muy lejos de casa
Escucha la versión interpretada en el concierto de Estocolmo, 2009.

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Carnegie Chapter Hall, 4-11-1961. Bob Dylan actúa por primera vez en solitario en New York





Se trattaba de su primera actuación en solitario en New York, dos semanas antes de grabar su primer disco oficial con la CBS, después de patearse los cafés y clubes nocturnos del Greenwich Village, de donde se sacaba el sustento para vivir en una ciudad de grandes oportunidades, aunque esencialmente dura. The Folkrore Center presentaba a este joven barbilampiño y simpaticón con el público a dos dólares la entrada en el pequeño auditorio anexo al gran Carnegie Hall. Para la ocasión se había impreso un pópster –Dylan se asomaba al público ataviado con su gorra de pana y tocando la armónica- y un programa de mano, rústicamente mecanografiado, que ofrecía información sobre las actividades del Folkrore Center, además de una corta biografía de presentación del músico en el reverso. Sólo la mitad del aforo, poco más de cincuenta personas asistieron a la actuación, un estrepitoso fracaso económico que sin embargo no amilanó al joven Dylan. Durante años, la cinta pirata del concierto circuló en el mercado negro grabada parcialmente, sólo se ofrecían los siete primeros temas de los quince que Dylan interpretó, y así durante años esta joya documental nos llegaba de diferentes fuentes, que no eran si no reproducciones de la primera donde, aprovechando el espacio, se incluían otras actuaciones. Sólo una cinta, con el nombre de Talkin’ New York, registraba, al menos, los títulos de las quince canciones, pero hasta la fecha no podemos confirmar si también incluía el archivo sonoro, pues dicha grabación, de existir, debe estar en posesión de contadas manos. En todo caso, los cuarenta minutos que comprenden la interpretación de los siete temas y las introducciones que Dylan hace de éstos jugando con la complicidad del público, son más que suficientes para hacernos una idea del músico que tenemos en frente: de espíritu joven y jovial, con iniciativa, suelto en la interpretación, pero aún sin un estilo definitorio, nada que ver con el vuelco que experimentará durante el año próximo. Por lo tanto, sólo una incipiente curiosidad de un público que habría oído hablar de él o escuchado en algún café parecía ser el gancho para programar este concierto. Dylan refrendó en el Chapter Hall lo que mejor sabía expresar, desde un rudo instrumentista a un hábil adaptador de los temas clásicos de la Norteamérica tradicional, virtuoso con la armónica, excepcional comunicador y buen aprendiz en el registro del blues y el folk.

Dylan abrió el concierto con el tradicional Pretty Peggy-O, que sería uno de los muchos temas que de esta actuación grabaría días después en su primer álbum oficial, a la sazón Gospel Plow (que tocó en tercer lugar) y Fixin to Die (en séptimo), este último del cantante y guitarrista delta blues Bukka White. De bella factura me resulta escuchar el clásico de Woody Guthrie 1913 Massacre Blues, cuya melodía Bob Dylan hace suya para componer la canción que dedicaría a su maestro (Song to Woody), la cual, junto con Talkin’ New York, fueron los dos únicos temas propios de su primer álbum. Tres temas más aporta esta cinta pirata para deleitarnos con el tradicional In the pines (que fuera registrado por primera vez por Leadbelly, músico de blues y folk); A long time a-growin, también del corpus tradicional norteamericano, y el tema que no deja indiferente y que Dylan borda en este concierto, Backwater blues, una estupenda versión del clásico de la emperatriz del blues de los años veinte y treinta, Bessie Smith. En esta canción es donde Dylan da sobradas muestras de lo cómodo que se siente interpretando el blues.

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Riverside Church, WRVR-FM. 29-julio-1961




En el verano de 1961, después de algunas actuaciones esporádicas en locales reducidos y tras alcanzar cierto reconocimiento en los cafés y clubes del Greenwich Village de Nueva York donde actúa casi todas las noches, Bob Dylan es entrevistado por John Cohen en el programa de la WRVR-FM conocido como Riverside Church Radio's Saturday of Folk Music, donde se promocionan cantautores de la música popular estadounidense. El 29 de julio Bob Dylan cruza las puertas de la emisora con su guitarra y armónica, e interpretará, entre preguntas y respuestas y ante un público que ha asistido a los estudios, a lo largo de una hora de emisión, cinco canciones, en dos de las cuales tendrá como compañeros a Danny Kalb y Jack Elliott. Resultado de aquella entrevista es una cinta pirata de aceptable calidad que es ya un documento periodístico excepcional, en el que Dylan despunta por su agilidad en la interpretación de los temas (todos ellos tradicionales, que ha sabido adaptar a su estilo con acierto), además de congeniar con el público al que, de vez en cuando, arrranca alguna sonrisa, un carácter con el que se prodiga por los clubes del Village y que será parte de su táctica sobre el escenario en sus futuros conciertos. De aquella sesión radiofónica surge, además, la amistad con la joven estudiante de arte Suze Rotolo, a quien conoce en la radio y que se convertirá en su compañera y musa de inspiración durante los próximos años. Dylan interpreta en solitario los tres primeros temas, a la sazón Handsome Molly, Naomi Wise (también conocida como Omie Wise, una triste balada sobre un asesinato) y Poor Lazarus, las tres rescatadas y versionadas de la música tradicional norteamericana, si bien la letra de la tercera es de Woody Guthrie. Dylan se esmera en Handosome Molly, donde da muestras del cantante folk que lleva dentro (hago hincapié en lo de cantante para distinguirlo del mero intérprete de canciones populares). El cuarto tema es Mean old Railroad (muy típico las alusiones al ferrocarril en el repertorio folk) y que, en esta ocasión, interpreta con Danny Kalb, quien cubre mayormente la parte vocal de la canción, pues Dylan hace un estupendo acompañamiento con armónica dejando bien claro su virtuosismo con este instrumento. Finalmente, Acne (una canción anónima que si embargo hay fuentes que se la atribuyen al cantante Eric von Schmidt) cierra las intervenciones en Riverside, una parodia con Jack Elliott que arranca risas entre el público y deja buen sabor de boca a la audiencia. La fotografía que acompaña esta reseña, de la que es autor Bertil Hagert, no pertenece a la sesión radiofónica de Riverside, de la que hasta hoy no he hallado documento gráfico, pertenece a 1961 y presumiblemente fue hecha en la ciudad de Nueva York.

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Indian Neck Folk Festival, 6-5-1961. La primera actuación de Dylan en su carrera fuera del Village

De las primeras actuaciones en público de Bob Dylan allá por la primavera de 1961, a escasos meses de su llegada a Nueva York, donde ya empezaba a despuntar musicalmente por los bares y clubes del Greenwich Village neoyorkino, en cuyos locales actuaba regularmente. El Indian Neck Folk Festival, celebrado el 6 de mayo de 1961 en el Montowesi Hotel de Branford (Connecticut), fue una oportunidad de oro que Dylan no desaprovechó para compartir encuentro y pareceres con otros jóvenes cantautores, con algunos de éstos compartiría algunas de sus más señeras etapas musicales, como fue el caso de Bobby Neuwirth, joven estudiante de arte, con el que compartíría carretera durante los primeros años de la década de los sesenta, y con la Rolling Thunder Revue en 1975. Dylan interpretó tres temas de su admirado y maestro Woody Guthrie, a la sazón y por este orden Talking Columbia, Hangknot, Slipknot y Talkin Fish blues, dieciséis minutos históricos en los que Dylan canta, toca guitarra y armónica, además de compartir con el público algunas breves palabras como introducción a los temas. Se le nota suelto en la interpretación, aunque son sus primeros años y el oficio aún está por madurar, no hay más que escuchar su primer álbum, que se grabaría al final de año y cuyo estilo se traslada al derrochado en esta breve actuación. La cinta entre coleccionistas que circula con el título Indian Neck Festival 1961 tiene buena calidad y recoge toda la actuación de Dylan, incluidos los comentarios introductorios a las canciones.

La fotografía, obra de Stephen Fenarjian, que ilustra este artículo recoge un momento de los ensayos en los jardines del hotel antes de la actuación. Dylan toca y canta junto al joven Mark Spoestra, quien le acompañó durante los primeros meses en Nueva York, compartiendo escenario en algunos cafés del Greenwich Village, en uno de éstos se conocieron y, a partir de entonces, una buena amistad comenzó a fraguarse entre ambos. Según el esritor Howard Sounes, autor de Bob Dylan: la biografía, Spoestra llevaba algunos meses en Nueva York y había acompañado al veterano dúo de folk y blues Sonny Terry y Brownie McGuee, actuando por las tardes y noches en el Commons y el café Wha?. Indudablemente, esta experiencia hubo de serle muy útil a Dylan, quien no dudó en compartir escenario con Spoestra e incluso a turnarse en las interpretaciones.


Esta otra fotografía recoge a una parte del público asistente a la actuación del India Neck Fold Festival. Bob Dylan se mezcla entre el público (está en el centro de la imagen) y curiosamente está mirando al que se convertirá en su mentor y fiel aliado periodístico, el escritor Robert Shelton, de The New York Times, quien aparece a la izquierda ajustándose las gafas oscuras.

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Este es un blog de información y divulgación de la música, la literatura y otras expresiones artísticas de Bob Dylan. Fue creado el 15 de enero de 2009, sin ánimo de lucro, con el fin de que la obra de este artista estadounidense sea conocida por las nuevas generaciones.

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