Voices in the garden, el álbum pirata que recoge las actuaciones acústicas en el Garden (NY), enero 1998


E
sta interesante recopilación pirata de temas acústicos interpretados por Bob Dylan del 16 al 21 de enero de 1998 en el Madison Square Garden de Nueva York bajo el título de Voices in the garden constituye además de un valioso registro sonoro por la belleza de las ejecuciones musicales que contiene, un documento histórico dada la dificultad hoy día de obtener algunas de las cintas de aquellos conciertos, siendo ésta que llevamos hoy al blog el único testimonio sonoro en circulación hasta la fecha. No obstante, conozco la existencia (aunque no las he escuchado) de otras cintas -ninguna de éstas recoge la grabación de un concierto completo, siendo meras recopilaciones de las cinco actuaciones-, a la sazón Does the big Apple (del 16, 18 y 20 de enero); Time and again (del 17, 20 y 21), y Madison Square Garden (más completa, correspondiente a los días 17, 18, 20 y 21). Voices in the garden nos llega con una excelente calidad de sonido y, a diferencia de las otras, recoge sólo grabaciones de las actuaciones acústicas, un total de diez canciones, en las que no faltan emblemáticos temas del repertorio dylaniano como The times they are a changing, Hard rain, Desolation row o Mr. Tamborine man.

Dylan y su banda llegan a Nueva York procedentes de Connecticut, donde han reanudado la gira de invierno, interrumpida por la Navidad, de la Never Ending Tour con dos soberbios conciertos (días 13 y 14), a cual mejor, he escuchado ambas actuaciones, que anuncian las excelencias que deparará el año a este músico que a finales de febrero recibirá el grammy por Love Sick. De aquellos escenarios es receptor ahora el Garden, en Nueva York, donde Dylan ofrecerá durante cinco noches lo mejor de su repertorio con el estreno de nuevos temas pertenecientes a su nuevo y aclamado álbum, Time out of mind, publicado a finales de septiembre del año anterior.

Voices in the garden arranca con una incontestable One too many morning, acertada, como siempre, es un tema talismán para Dylan. Unos acordes que dan paso a John Brown, donde el trovador crea un clima misterioso (la letra del soldado muerto en la guerra invita a la reflexión), las primeras estrofas se suceden casi a capella, con un leve sonido de acústica de fondo como único acompañamiento, mientras el público, sumido en un silencio sobrecogedor, escucha atento, sereno, ni siquiera se inmuta cuando a mitad de la canción entra lentamente la batería para incrementar esa sensación de estar asistiendo a un momento único. Tomorrow is a long time se va convirtiendo en un clásico sobre los escenarios y, en este caso, recibe apoyo vocal del guitarrista Larry Campbell. Y así, el escenario es testigo de The lonseme death of Hattie Carroll, Desolation row, It's all over now baby blue, en A hard rain a gonna fall el público corea el estribillo, Girl for the north country y The times they are a changing llenan de melodías trascendentales el auditorio, para cerrar el álbum un sorprendente Mr. Tamborine Man, que nunca deja indiferente.

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Sweetheart like you, una hermosa balada en la banda sonora de "Tierra de hombres", 2005

Dedicado a todas las mujeres que han sufrido
 y padecen hoy día cualquier tipo de violencia.

Compuesta por Dylan para el álbum Infidels (1983), Sweetheart like you es una hermosa balada que nos narra la historia de una mujer incomprendida en un mundo social de dominio varonil. Bob Dylan, curiosamente, jamás la ha interpretado en directo, si bien el tema es conocido mundialmente por su incorporación a la banda sonora de En tierra de hombres (North country, 2005), de la directora neozelandesa Niki Caro y protagonizada por Charlize Heron en el papel de la minera Josey Aimes, maltratada, ignorada, despreciada y enjuiciada por el hecho de ser mujer en un territorio donde los hombres ejercen de una manera indiscriminada la intolerancia e intransigencia. La canción, una mezcla de ironía y fatalidad, podéis escucharla versionada también por Don Henley, en clave acústica, durante su intervención en el concierto en Mountain View (California) el once de octubre de 1992, y en A spanner in the works, álbum de Rod Stewart de 1995, ambas versiones respetan el esilo dylaniano de esta balada.

Un encanto como tú.

Ya no hay tanta presión, el jefe no está
se ha ido al norte, no anda por aquí.
dicen que la vanidad le sacó mucho partido
pero seguro que partió después del anochecer.
A propósito, ¡qué lindo sombrero!
y esa sonrisa es irresistible
pero, ¿qué hace un encanto como tú en una pocilga como ésta?

Conocí a una mujer que se parecía a tí,
buscaba a todo un hombre, no sólo la mitad.
Me llamaba papá cuando no era más que un niño
me recuerdas algo a ella cuando sonríes
Para entrar en este juego tienes que eliminar a la reina
se hace con un giro de muñeca
¿qué hace un encanto como tú en una pocilga como ésta?

Una mujer como tú debe quedarse en casa
ése es su sitio,
aguardando a alguien que te quiera de verdad
y que jamás te haga daño.
¿Cuánto maltrato estás dispuesta a soportar?
No hay modo de saberlo con el primer beso
¿qué hace un encanto como tú en una pocilga como ésta?

Puedes alcanzar la fama,
oir el chirriar de las llantas,
ser conocida como la mujer más hermosa
que jamás se haya arrastrado sobre vidrios rotos para hacer un trato.

Corrían noticias sobre ti,
incluso antes de que entraras por la puerta,
dicen que en la casa de tu padre hay muchas mansiones
y que cada una tiene el suelo incombustible.
Espabila, nena, la gente tiene celos de ti,
te sonríen, pero murmuran a tus espaldas,
¿qué hace un encanto como tú en un pocilga como ésta?

Tienes que ser alguien para estar aquí, cariño
tienes que haber cometido alguna fechoría
tienes que tener un har´´en cuando cruzas la puerta
tienes que tocar la armónica hasta que te sangren los labios.

Dicen que el patriotismo es el último refugio
al que se aferra un canalla,
roba un poco y te arrojarán a la cárcel,
roba mucho y te pondrán en el trono.
Hay sólo un peldaño desde aquí, nena
se llama tierra de la dicha eterna,
¿qué hace un encanto como tú en una pocilga como ésta?


Escucha aquí el vídeo oficial de Sweeheart like you.

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Dark eyes. Bethelehem (Pensylvania), 13-12-1995. Con Patti Smith en el Stable Arena, Lebigh University



Es la magia del directo que hechiza y transforma, convirtiendo al verso en el más bello acorde. Dark eyes conmueve por su sencillez musical, por ese fraseo inigualable del trovador, que impresiona al público a través de un poema que desgarra emocional y sentimentalmente. A dúo con Patti Smith adquiere además una personalidad única sobre el escenario mientras el público asiste complaciente a una interpretación que a nadie deja indiferente. La noche se abrió para ambos en el Stabler Arena de Bethlehem, Pensylvania (durante la gira Paradise lost tour), a mediados de diciembre de 1995, un año clave para Dylan, que resurge de un lustro inestable, para darnos a entender que está en otra onda, una ola de inspiración que llegará a lo largo de los dos años siguientes en esa obra maestra que fue Time out mind. Sobre el escenario el trovador Dylan se mueve cómodo y seguro, nada que ver con los conciertos de principio de década, ni nada comparable al Woodstock de 94. Estamos ante un nuevo Dylan, inspirado y a todas horas mágico, como él sabe moverse en el directo, prueba de ello es esta versión de Dark eyes, las musas vuelven frente al micrófono, boca a boca con Patti Smith, que desde el Bitter End de 1975 sueña con el trovador.

Ese derroche interpretativo es fruto de la inspiración que a Dylan le llegó una noche de primavera de 1985 durante la grabación del álbum Empire Burlesque. El escenario: el Hotel plaza de la calle 59 en Nueva York, donde residía temporalmente, y adonde a medianoche regresaba de los estudios Power Plant convencido de la propuesta de su productor, Arthur Barker, quien le había sugerido un tema acústico para cerrar Empire... La musa caminaba con una copa de champagne en forma de chica de alterne con la que Dylan se cruzó en el hotel, según relata el trovador en el cuarto capítulo de Crónicas, su primer volumen de memorias. La describe en una mezcla de sensualidad y fatalidad: cabello rubio desvaído y abrigo de piel de zorro con zapatos de tacón alto lo bastante finos como para perforarte el corazón. Unos círculos azules le rodeaban la parte inferior de los ojos negros, que había resaltado con delineador del mismo color. Parecía que alguien la hubiera pegado una paliza y que ella tuviera miedo de que le volviera a pasar. Dylan empezó a sacar algunos acordes a su guitarra mientras miraba por la ventana que daba a Central Park, y al día siguiente grabó la canción.

No ha sido Dark eyes, sin embargo, una canción conocida por el público, siendo escasos los registros de versiones por otros músicos. Sólo tengo constancia de una grabación en clave de jazz por el grupo Moore Trio Actweper, en una actuación en diciembre de 2005, y la interpretada por el músico tejano Alejandro Escovedo en Austín la noche del 1 de octubre de 2004, espléndida y bien ejecutada, la obtuve de una colección pirata con el título de All that Leftoverss, si bien también puede escucharse en la recopilación también pirata de covers bajo el título de Nobody sings Dylan like Dylan (vol.1).

Ojos oscuros

Los caballeros siguen departiendo y la luna de medianoche está en la ribera
Apuran sus copas paseando y ya es hora de que me largue
Vivo en un mundo donde la vida y la muerte se recuerdan
Con perlas de amantes ensartadas en la tierra, y sólo veo ojos oscuros.

Un gallo canta a lo lejos mientras un soldado se abisma en sus plegarias
Un hijo se ha extraviado, la madre no lo haya en ningún sitio
oigo un tambor redoblando por los muertos que se alzan
Cuyo avance teme la bestia de la naturaleza, y sólo veo ojos oscuros

Me dicen que sea discreto a todos los efectos
Me dicen que la venganza es dulce y sin duda lo es desde su posición
me da igual ese juego en que se ignora la belleza
sólo noto el calor de la llama, y sólo veo ojos oscuros

La francesita está en el paraíso y un borracho está al volante
El hambre paga un alto precio a los dioses caídos de la velocidad y el acero
El tiempo es corto, los días son dulces y la pasión dirige a la flecha volante
Hay un millón de rostros a mis pies, pero sólo veo ojos ocuros.

 
Escucha aquí la versión de Dark eyes por Dylan y Patti Smith en Bethelehem el 13 de diciembre de 1995. La calidad sonora de la cinta del concierto es buena.
 
 
Pie de foto: Bob Dylan y Patti Smith, en Bethelehem el 13-12-1995. (Autor: Andrea O)

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I don't believe you. Manchester (England), 17-5-1966


Estamos ante un clásico y como tal tiene dos lecturas. Es fácilmente reconocible para quienes a lo largo de 1966 tuvieron la fortuna de presenciar los impresionantes conciertos de Dylan and The Band en el Reino Unido y Australia, porque de uno de estos escenarios, el Free Trade Hall de Manchester (Inglaterra) en una inolvidable noche de mayo, es de donde destaco esta versión de I don't believe you, por la que siempre he apostado alucinado de la espontaneidad con la que Dylan se desenvuelve en su interpretación y por el acertado acompañamiento que The Band imprime a la canción en directo. No tiene, sin embargo, I don't believe you el reconocimiento que debiera al ser uno de los temas que hizo de vaselina en la adaptación de Dylan del folk al rock, y eso que el músico la ha incorporado reiteradamente a su repertorio en directo y que la canción, en su afán de adaptarse a los sucesivos cambios en la trayectoria musical de Bob, sale casi siempre indemne, aunque alejada muy a menudo de aquellos acústicos acordes con la que fue compuesta en 1964.

Aquellos primeros sones de la canción, que tanto recuerdan Havana Moon en versión de Chuck Berry, fueron románticamente acústicos, en uno de los mejores folk de Dylan rompedor de la canción protesta para dar rienda suelta a sus sentimientos, nada halagueños por cierto durante aquellos días, en clara separación de su joven amada Suze Rotolo. Fueron aquellos acordes, ya digo, compuestos después de su viaje a Gran Bretaña en 1964 y tras unos días en París, luego Alemania y viajar posteriormente a Grecia, donde se instaló en Vernilya, un pequeña localidad a las afueras de Atenas, y con papel del hotel Mayfair y la compañía inestimable de la modelo y cantante Nico, comenzó a escribir gran parte de las canciones que en junio de ese año conformarían el álbum Another side of Bob Dylan, el disco que paulatinamente le alejaría de la canción protesta. Tiene I don't believe you una letra fácil, cómoda para ser fraseada e irónica en sintonía con el estilo dylaniano, a través de la cual se cuenta la historia de un desamor, en la que él se siente herido ante la aparente indiferencia de su amor: "Algo cambió, porque ya no es la misma, ahora finge que no me conoce", intención con la que acaba cada una de las cinco estrofas, aunque en la última él toma las riendas para sentirse aún más abandonado si cabe.

Sería injusto, no obstante, quedarnos sólo con la versión de Manchester, porque I don't believe you ha resultado ser una de las canciones que más juego ha dado, por su facilidad de adaptación, a Dylan sobre los escenarios, ya fuera interpretada acústica o con banda. Así, no pasaron desapercibidas, al menos para mí, las versiones acústicas que hizo Dylan de esta canción durante la primera etapa de la Rolling Thunder Revue en 1975 sobre los escenarios de Plymouth (31 de octubre) y Boston (21 de noviembre), majestuoso, penetrante, misterioso y envolvente, como Dylan sabe transmitir cuando se ve a solas frente al público con la guitarra y armónica. Un año después, le músico reviste a la canción con la fuerza de The Band, en el concierto de despedida de éstos en San Francisco, refrescando el tema con una acertada interpretación fraseando en su más puro estilo dylaniano. Otros autores también han versionado I don't believe you, de los que destaco el ensayo que Better Midler y Dylan hicieron durante la grabación del álbum de la estadounidense Songs for the new depression en 1975, y la interpretación de Lloyd Cole and The Commotions en Milán la noche del 3 de febrero de 1986.



No lo entiendo,
me soltó la mano
y me dejó cara a la pared.
Me encantaría saber
por qué se fue
pero no puedo acercarme a ella.
Nos besamos con ardor toda una noche salvaje
dijo que nunca lo olvidaría
pero ahora que el día aclara
es como si yo no estuviera
finge que no me conoce.

Esto es nuevo para mí,
me parece un misterio
hasta podría ser un mito
pues cuesta pensar que
ella es la misma persona
con quien estuve anoche
desde la oscuridad los sueños se abandonan
¿estaré soñando aùn?
Qusiera que abriera
la boca y hablara
en lugar de fingir que no me conoce.

Si no se siente bien
¿por qué no lo dice
en vez de darme la espalda?
Sin duda alguna
está demasiado lejos
para que yo vuelva a la carga
la noche fue un torbellino
yo recuerdo sus murmullos
pero es obvio que ella no
y es obvio que no lo hará
sólo finge que no me conoce.

Si no tuviera que adivinar
confesaría encantado
lo que habría querido hacer
si la agobié demasiado
o me porte mal
ojalá lo dijera, yo correría a esconderme
se mezcla su falda mientras la guitarra soñaba
y su húmeda boca se licuaba
pero algo cambió
porque ya no es la misma
ahora finge que no me conoce

Me marcho hoy
seguiré mi camino
de todo esto no hay mucho que decir
pero si así lo quieres
puedo ser como tú
pretender que jamás nos tocamos
y si alguien pregunta
"¿Es fácil olvidar"?
Diré: "¡Es fácil hacerlo
basta elegir a alguien
y fingir que no lo conoces!".


Escucha aquí la versión de I don't believe you en Manchester en 1966:


Pie de foto: Un momento de la actuación de Dylan (junto al guitarrista Robbie Robertson) con The Band en el Free Trade Hall de Manchester el 17 de mayo de 1966. (Autor: Mark Makin).

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Sign language, a dúo con Eric Clapton en el disco de ‘mano lenta’ No reason to cry. Primavera 1976


Canción compuesta por Dylan para el álbum No reason to cry de Eric Clapton, con quien interpreta a dúo esta canción grabada en la primavera de 1976 en los Shangri-La Studios de Malibú (California) con la participación de Robbie Robertson, guitarrista de The Band, quien imprime al tema su sonido característico en el punteo. El álbum de Clapton cuenta además con otras colaboraciones de miembros de The Band, a la sazón el bajista y el pianista Rick Danko y Richard Manuel, respectivamente, en los temas Beautiful thing y All our past time. La canción Sign Language fue extraída como sencillo a lo largo de 1976. No tengo registro documental acerca de si Dylan ha interpretado este tema en directo, aunque todo apunta a que no volvió a grabar una versión distinta en estudio o sobre un escenario.


Lenguaje por señas

Me hablas
Por señas
Mientras como un bocadillo
En un pequeño café
A las tres menos cuarto
Yo no puedo responder
A tu lenguaje por señas
Te aprovechas
me desprecias
¿No puedes emitir sonido alguno?

Fue junto a la panadería
Rodeado de falsedad
Le cuento mi historia
Y aún sigo allí
¿Sabe ella que todavía me importa?

Link Wray soñaba
En la rocola, yo pagaba
Por las palabras que decía
Tan mal entendidas
Él no me sirvió de nada.


Escucha aquí la versión de Sign Language en el disco No reason to cry


Pie de foto: Bob Dylan y Eric Clapton en una de las escasas fotografías juntos en 1976, fue tomada durante un espectáculo en Los Ángeles

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Long distance operator, el álbum pirata que recoge el concierto en el Berkeley Theatre (CA). 4-12-1965.


L
ong distance operador es el título del álbum pirata que recoge la actuación eléctrica de Bob Dylan and The Hawks (como se conoce originalmente a esta banda canadiense que meses después cambiaría su nombre por The Band) en el concierto del 4 de diciembre de 1965 en el Community Theatre del campus de Berkeley (California), último de la gira de ese año y del que destacan las interpretaciones de varias canciones. Una de éstas, la que da título al albúm, inédita hasta entonces (se grabaría dos años después durante las sesiones de Dylan y The Band en The Basement Tapes, aunque no se conocería hasta la publicación oficial de éstas en el verano de 1975, cantada entonces por el pianista del grupo, Richard Manuel). Long distance operator es una excelente canción, para su composición Dylan se inspiró en Memphis, de Chuck Berry, y esta primera versión ofrecida en el concierto de Berkeley es la única de la que dispondremos para escucharla en la voz de Dylan, una interpretación estupenda, por cierto. Durante años, la canción, así como el resto de los temas de este álbum, han permanecido inéditos hasta su publicación en Alemania por el sello Wanted Man Music. De sus pistas destaca además la canción Positively 4th Street (grabada oficialmente el 25 de julio de 1965), descartada del álbum Highway 61 revisited, recientemente publicado entonces. Si bien Positively fue estrenada en directo durante el concierto en el Carnegie Hall de Nueva York el 1 de octubre de 1965, e interpretada posteriormente en New Yersey y Chicago, el 12 y el 26 de ese mismo mes, respectivamente, no tengo constancia de la circulación de las cintas de estos conciertos, así que a fecha de hoy puede considerarse la de Berkeley como la primera versión de esta canción que podemos escuchar en directo.

La calidad sonora de la cinta no es muy buena, sobre un máximo de diez no le puntuaría más de un cuatro, pero constituye un documento histórico, no sólo por lo que aporta a unos momentos irrepetibles en directo, sino también por la escasez de cintas en circulación correspondientes a ese año. De sus pistas podemos extraer algunas consideraciones con vistas al año siguiente (1966), cuando Dylan y The Band rueden desenfrenadamente sobre los escenarios. Una interpretación como Tombstone Blues tiene, además de la frescura al ser uno de los temas de Highway 61 Revisited, una presencia testimonial, pues no será incluida en ningún concierto de las giras de 1966. Por su parte, I don’t believe you, Baby let me follow your down, Just like a Tom Thumb’s blues, Ballad of a thin man y Like a Rolling Stone alcanzan una connotación de ensayo, y de su puesta en escena serán sometidas a interesantes y acertados arreglos para conformar el grueso de la parte eléctrica de los conciertos un año después. Sorprende escuchar, por otra parte, un tema acústico como It ain't me babe (Another side of Bob Dylan, 1964) en clave rock, creo que es de las pocas ocasiones, exceptuando la versiones con banda de los apoteósicos conciertos con la Rolling Thunder Revue en 1975, que se puede oir una versión de este tema con un ritmo distinto al que fue concebido. Me agrada la versión de It ain't me babe del concierto de Berkeley -espléndido el sólo de armónica, que volverá a repetir años después en los escenarios del ochenta y cuatro) en Berkeley se masca el estilo de lo que serán sus conciertos en 1966.

Desconozco las canciones de la parte acústica de este concierto, aunque puedo intuirlas. Todas las fuentes consultadas señalan la parte eléctrica como la única grabada aquella noche. Constatamos, no obstante, la inclusión de temas acústicos en los conciertos a partir de finales del verano y el otoño de 1965 (Hollywood y Hattford, 3 de septiembre y 30 de octubre, respectivamente). Y un dato sin confirmar, aunque los registros documentales de la página web Olof's Files son muy acertados, revelan que aquella noche en Berkeley el público asistió al estreno en directo de la canción Visions of Johanna (hasta su publicación oficial en el Blonde on Blonde al año siguiente sería conocida como Frezze out), y escuchar algo así habría sido todo un espectáculo de sensación y emociones.

Long distance operator fue incluida como tema extra en la reedición en 2000 de Music from big pink, el primer álbum de estudio de The Band publicado en 1968. Interpretada magistralmente por el pianista de esta banda, Richard Manuel, la canción se libera del sonido subterráneo con que fue grabada en The Basement Tapes, a costa también de perder la gran emoción que le confiere la improvisación. En las sesiones de radio presentadas por Dylan bajo el título Night time in the big city, se incluye la versión del concierto de Berkeley. Long distance operator fue versionada por la Derek Trucks Band y Susan Tedeschi con bastante acierto en Jacksonville el 27 de diciembre de 2007, la cual fue recogida en el cedé uno del álbum pirata recopilatorio All that Blues.

Canciones del concierto:

1. Tombstone Blues
2. I Don't Believe You (She Acts Like We Never Have Met)
3. Baby Let Me Follow You Down
4. Just Like Tom Thumb's Blues
5. Long Distance Operator
6. It Ain't Me, Babe
7. Ballad Of A Thin Man
8. Positively 4th Street
9. Like A Rolling Stone

Banda: Bob Dylan (vocal, armónica y guitarra), Robbie Robertson (guitarra), Richard Manuel (piano), Garth Hudson (órgano), Rick Danko (bajo) and Bobby Gregg (batería).

Operadora
Pase esta llamada, esto no es un juego.
Tengo que hablar con mi chica
No con uno cualquiera.
Hay miles en la cabina
Miles en la puerta,
Todos quieren poner una conferencia
Pero sin duda tendrán que esperar
Si llega una llamada de Luisiana
Por favor, déjela pasar
Esta cabina está en llamas
Y empieza a abrasar.
Todos quieren ser mis amigos
Pero nadie subir más alto
Operadora
Creo que me estoy estrangulando con este cable.


Escucha aquí la versión de Long distance operator en el concierto de Berkeley.

Pie de foto: En la fotografía de arriba, carátula frontal del álbum pirata en cuya portada figuran de izquierda a derecha, Rick Danko, Bobby Gregg, Bob Dylan y Robbie Robertson, durante el concierto; abajo, a la derecha, contraportada del álbum y, más abajo a la izquierda, una intervención de Dylan durante la parte acústica del concierto que no fue grabada en la cinta.

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Bob Dylan, Victoria Spivey y Big Joe Williams graban en los Cue Recording Studios (NY), 2-3-1962

L
os comienzos musicales de Bob Dylan tuvieron en cafés y festivales locales sus escenarios más habituales. No obstante, el juglar de Minesota intervino a principios de 1962, siendo entonces un joven con aspiraciones, en algunos álbumes de conocidos artistas del panorama musical estadounidense, desde Harry Belafonte, Carolyn Hester, al caso que nos ocupa con Victoria Spivey y Big Joe Williams, dos consagrados cantantes de blues que escogieron a Dylan para que tocara la armónica en el álbum Three Kings and the Queen, grabado en los Cue Recording Studios de New York el 2 de marzo de 1962, producido por Len Kunstadt y Victoria Spivey. La colaboración de Dylan se centra en cuatro canciones: Sitting on top of the world (donde además de la armónica interviene como segunda voz), Wichita, Big Joe, Dylan and Victoria y It’s Dangerous, estas dos últimas pertenecientes al segundo volumen. Dylan da muestra de su virtuosismo con la armónica, cuyos compases destacan de manera soberbia a lo largo de las cuatro interpretaciones (me agrada especialmente el tema It‘s Dangerous), para satisfacción de Big Joe Williams, quien depositó toda su confianza en el buen talante y talento que podía aportar el joven Dylan.

Esta colaboración se produce semanas antes de la publicación en Nueva York de su primer álbum, Bob Dylan, y aunque éste tuvo escasa repercusión, el joven artista ya apuntaba maneras y era considerado musicalmente en la bohemia del Greenwich Village. La fotografía de la derecha junto con Victoria Spivey fue publicada como contraportada del álbum New Morning, que Columbia publicó en 1972, uno de los discos más esperados de Dylan tras su reaparición discográfica en la década de los setenta, y que corresponde a las sesiones de grabación en 1962.


Escuha aquí la canción Sittin' on top of the world.


Pie de foto: De izquierda a derecha, Bob Dylan, Victoria Spivey, Len Kunstadt y Big Joe Williams. (cortesía de Len Kundstadt).

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Bob Dylan y Bette Midler, versión conjunta de 'Buckets of rain' en Secret Sound Studios (New York), 1975


En octubre de 1975, días antes del comienzo de la gira de la Rolling Thunder Revue, Bob Dylan y Bette Midler se citan en los Secrets Sound Studios de Nueva York para grabar una versión conjunta de la canción Buckets of rain (Dylan, Blood on the tracks, 1975). Diez tomas de esta sesión fueron recopiladas en un disco pirata de excelente calidad. Durante años sólo circularon las dos tomas de Buckets of rain, una de éstas se podía escuchar oficialmente en el disco que Better Midler publicaría en enero de 1976 para el sello Atlantic Records con el título Songs for the new depression, tercer disco de estudio de la cantante estadounidense (Honolulu, 1945), donde incorporó versiones de canciones de Tom Waits y Frank Sinatra, entre otros. Las otras pistas de las sesiones de grabación de 1975 tienen escaso interés musical, a excepción de dos intentos con los temas I don’t believe you (Dylan, Another side of Bob Dylan, 1964), y el clásico Drift away, de Mentor Williams y popularizado por Dobie Gray’s, el resto se trata de conversaciones entre Dylan y Midler que pasan a formar parte de los archivos documentales de ambos artistas. La versión de Buckets of rain fue grabada por Dylan y Bette Midler (voz), Dave Websster (guitarra), Moogy Klingman (piano y armónica), Ralph Schuckett (órgano), John Siegler (bajo) y John Wilcox (batería).


Escucha aquí la versión de Buckets of rain a dúo Dylan/Midler.


Dylan y Bette Midler, durante la sesión de grabación de Bucktes of rain, 1975

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Rita May. New Orleans, 3-5-1976


Rita May forma parte de ese universo de composiciones de Bob Dylan desconocidas por el gran público. Un público, además, que sólo ha tenido una oportunidad de escucharla en directo: la noche del 3 de mayo de 1976 en el Warehouse de New Orleans dentro de la gira de la Rolling Thunder Revue. De modo que, aunque testimonialmente, nos queda este documento sonoro que comparte su momento de gloria con una insólita toma alternativa durante la primera sesión de grabación del álbum Desire el 14 de julio de 1975. Es fácil adivinar el tono, la simbiosis instrumental, la improvisión, la escenificación y todo cuanto envuelve las canciones que se interpretan desde la Rolling para dejarse llevar por una Rita May aceptable que si bien no nos va a descubrir nada, Dylan pone en ella lo mejor de su fraseo para hacer valer la identidad de una canción que no merecía haber sido olvidada en el cajón.

Sorprende, aunque con Dylan en el estudio todo es imprevisible, que la primera canción que se intenta grabar del famoso álbum Desire, quede fuera del mismo, y eso que Rita May es agradable y tiene un ritmo que engancha. Eran tántos, tan buenos como demasiados, los temas que llevaba Dylan en la carpeta para este álbum, que se podían haber grabado dos y no hubiera mermado calidad. Las primeras versiones de estudio de Rita May, junto con Joey, se grabaron el 14 de julio de 1975 en el estudio E de Columbia en Nueva York, y mucho cambiaron las cosas hasta un nuevo intento a finales de mes. De ahí que las tomas alternativas de Rita May de ese día constituyan además otro documento sonoro interesante, pues nos dan idea de cómo iba a ser en un principio el sonido y acompañamiento de Desire. Lo insólito e interesante de esta toma radica en el coro de voces que acompañan a Dylan, a la sazón Vivian Cherry, Hilda Harris y Joshie Armstead, quienes después de esta sesión serían sustituidas por Emmylou Harris como segunda voz. La toma es buena, pero distante a cómo luego, en la sesión del 30 de julio, será definitivamente grabada.

Pese a formar parte de los descartes de este álbum, Rita May fue editada como cara B de un sencillo cuyo principal propósito era lanzar la versión eléctrica de Stuck inside of the Mobbile with the Memphis Blues again grabada en directo en el concierto del 23 de mayo de 1976 en Fort Collins (Colorado). Este sencillo fue editado el 30 de noviembre de 1976 y a España no llegaría hasta al año siguiente. En febrero de 1978 Rita May se incorporaría al recopilatorio Masterpiece, lanzado a los mercados de Japón, Nueva Zelanda y Australia. La canción ocuparía de esta manera el lugar que se merece dentro del cancionero dylaniano.

Compuesta por Dylan en colaboración con el director teatral Jacques Levi, Rita May puede tratarse de un homenaje a la escritora estadounidense Rita Mae Brown, conocida por sus novelas de misterio y guiones y, sobre todo, por su activismo en la defensa de los derechos civiles, la liberación gay y el feminismo, así como por su adhesión a movimientos contra la guerra. Desde 1979 a 1981 cobró protagonismo al haber sido compañera de la tenista Martina Navratilova. La canción Rita May fue versionada por Jerry Lee Lewis en 1979, siendo interpretada en directo durante el concierto ofrecido en Berlín en 1985.


Rita May, Rita May
se interpuso tu cuerpo
eres una fresca
pero yo quiero tu mente
me quitas el aliento
junto a tí yo no soy nada
Rita May.

Rita May, Rita May
¿cómo puedes ser así?
¿Cuándo verás la luz?
¿Nada te asusta?
Me tienes en ascuas
pero sé que debo aprender
Rita May.

Todos los amigos me han dicho
que si ando contigo
acabaré ciego.
Pero yo lo sé cuando me abrazas
en verdad tienes algo
en la cabeza.

Rita May, Rita May
tumbados en un montón de heno
¿recuerdas dónde has estado?
¿En qué sitio enloquecido has terminado?
Tendré que ir a la universidad
porque eres el libro del saber
Rita May.




Escucha aquí la versión de Rita May en Nueva Orleans, 1976



Y aquí la versión alternativa en las sesiones de grabación de Desire, 1976




Versión de Jerry Lee Lewis en Berlín, 1985
http://www.youtube.com/watch?v=6bOMK33HWvg



Pie de foto: Dylan, durante su actuación en Houston en 1976.

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We better talk this over. Charlottte, 10-12-1978

Es uno de mis temas preferidos del Street Legal (1978), aunque este álbum rebosa de buenas canciones y mejores intepretaciones. Era difícil superar la versión oficial grabada el 26 de abril de 1978 en la segunda sesión de Street... en los Rundow Studios de Santa Mónica, pero Dylan pisa el escenario del Coliseum de la ciudad de Charlotte (Carolina del Norte) y ejecuta una versión de lo mejor que he escuchado de esta gira por Europa y Estados Unidos. We better talk this over fue estrenada en directo en el Pavillon de París el 4 de julio de ese año, con una banda bien orquestada y unos coros espléndidos de Helena Spring, Jo Ann Harris y Carolyn Dennis, pero en Charlotte puso ingenio, virtuosidad y maestría. Me gustan los solos de piano de Alan Pasqua y los
de guitarra de Billy Cross, conduciendo un tema al que Dylan imprime acertadamente un ritmo sin pausa. Y sobre la música, una letra que es todo un poema, un llamamiento a conversar con la otra parte, pero desde la distancia que ya existe en una relación en la que él quiere hacerse comprender: "Entenderás que sólo soy un hombre que hace lo que puede", es elocuente el verso: "Estoy perdido en la bruma de tus dulces maneras", que me recuerda al que años después incorporará en la fantástica canción Born in time (Under the red sky,1990): "En la brumosa red del destino tendrás cuanto de mí quede", para luego dejar una puerta abierta "Será fantástico tropezarnos un día de éstos, mirarnos y reir", aunque se siente invadido por el pesimismo: "Dejémoslo aquí, antes de pudrirnos".

Dylan interpretó esta canción en directo durante la gira de 1978, siendo recogida en varios discos piratas. El más difundido de éstos, Hush, hush, sweet Charlotte (que recuerda la película que, con el mismo nombre, protagonizan Bette Davis, Olivia de Haviland y Joseph Cotten, con la voz de Patti Page cantando esta canción), tiene una excelente calidad sonora. Dark at the break of noons recoge, por otra parte, las sesiones de ensayo de We bettter talk this over en abril de 1978 previas a la gira. Después de este año se detecta un largo vació en la interpretación de We better... Según los registros documentales de los que dispongo, la canción sólo se volverá a escuchar la noche del 10 de marzo de 2000 en el Sun Theatre de Anaheim (California), con un Dylan acompañado espléndidamente por los guitarristas Charlie Sexton y Larry Campbell, una versión, sin embargo, nada comparable a la de Charlotte. Tampoco ha sido We better talk this over una canción adaptada por otros músicos. Sólo he encontrado una versión, la que interpeta el autor bonaerense Esteban Páez, aceptable en su interpretación en una canción a la que ha cambiado radicalmente la letra.


Mejor lo hablamos.

Será mejor que lo hablemos,
tal vez cuando estemos sobrios
entenderás que sólo soy un hombre
que hace lo que puede.

Esto sólo puede empeorar
¿por qué debemos sufrir innecesariamente?
Dejémoslo aquí y que cada uno siga su camino
antes de pudrirnos.

No temas mirarme a la cara
nada nos hemos hecho que el tiempo no pueda borrar.

Estoy descolocado, me siento abatido.
Tenías dos caras, hacías doble juego.
Yo me arriesgué, me pilló el trance
de un baile cuesta abajo.

¡Ay, niña!, ¿por qué quieres hacerme daño?
Estoy exiliado, no puedes convertirme.
Estoy perdido en la bruma de tus dulces maneras
con los ojos vidriosos.

No has de anhelar el amor, no tienes que estar sola.
En algún punto del universo hay un sitio para tí.

Supongo que partiré mañana,
aunque tenga que rogar, robar o pedir prestado.
Será fantástico tropezarnos un día de éstos,
mirarnos y reir.

Pero no creo que eso suceda,
como una mano que aplaude sola.
Las promesas que hicimos están rotas y barridas
bajo la cama donde dormimos.



Escucha aquí We better talk this over en Charlotte, 1978.





Pie de foto: Dylan, durante su actuación en Charlotte, 1978.

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I pity the poor inmigrant. Fort Collins, 23-5-1976

No ha dado Bob Dylan muchas oportunidades de escuchar esta canción en directo. Apenas se ha prodigado con un tema (a excepción de 1976) que podría encajar gratamente sobre un escenario. Quizá si la hubiera interpretado en clave acústica... Sólo he podido escuchar cinco versiones en directo de I pity the poor inmigrant, ésta que destaco interpretada en Fort Collins (Colorado) con la Rolling Thunder Revue en 1976, donde los arreglos a los que ha sido sometida la melodía casi la hacen irreconocible a cómo fue grabada oficialmente, tres más correspondientes a esta gira (Orlando, Pensacola y New Orleans -esta última rivalida con la de Fort Collins-) y la que ofreció a los cerca de cincuenta mil espectadores en la Isla de Wight a finales de agosto de 1969, la cual rezuma buenas intenciones, pero le falta acoplamiento con The Band (afinidad que resurgirá en la gira de 1974), en cualquier caso me resulta cansina de escuchar. El tema de la canción tiene un trasfondo social que compatibiliza con Deportees, canción de Woody Guthrie que también se oiría en la gira de la Rolling durante 1976. Esta versión en Fort Collins tiene la fuerza de la banda, que amén de buenos músicos, dispone de los registros imprescindibles para bordar una aceptable composición, a la que se suma la voz de Joan Baez, que a dúo con Dylan confieren un ritmo pegadizo y coherente a los temas que desarrolla la Rolling durante esta segunda etapa de gira. Con todo y con eso, me agrada enormemente la versión oficial de I pity the poor inmigrant incluida en el disco John Wesley Harding, grabada el 6 de noviembre de 1967 en los estudios de Columbia en Nashville con Dylan a la guitarra acústica y armónica; Charlie McCoy, al bajo, y Kenneth Buttrey, en la batería. Dylan volcó en esta versión toda su intensidad poética acoplada a una desgarradora forma de conducir la melodía para hacer efectivo el mensaje reivindicativo de la canción.

I pity the poor inmigrant está inspirada en la balada celta Tramps and Hawkers (también conocida por Come all ye tramps and hawkers -Venid, vagabundos y buhoneros-), cuyos sones Dylan había usado con anterioridad para componer el tema The Ballad of Donald White, que nunca grabó oficialmente, aunque sí para la emisión radiofónica Broadside Show de la cadena WBAI-F de Nueva York. Tramps and Hawkers es una hermosa balada, me gusta escucharla en la voz y guitarra de Ewan McLennan , quien trasmite toda la fuerza popular de este folclore escocés, (podéis escucharla pinchando el enlace que figura al final de esta entrada), y la versión que de la misma hizo el grupo The Dubliners. Y sin dejar el ambiente celta, sólo he encontrado una versión de la canción I pity the poor inmigrant en otras voces, como la bellamente interpretada por el grupo Planxty en Dublín, agosto de 1980, y que podéis escuchar al final del artículo.


Compadezco al pobre inmigrante
.

Compadezco al pobre inmigrante, que nunca quiso partir, que utilizó su fuerza para el mal y siempre acaba abandonado. El hombre que engaña con los dedos y que miente más que habla, que odia apasaionadamente su vida y con igual pasión teme su muerte. Me apena el pobre emigrante cuya fuerza se malgasta, su cielo se acoraza, sus lágrimas son lluvia, que come sin saciarse, el que oye pero no ve, que se enamora de la riqueza y me da la espalda. Compadezco al pobre inmigrante que pisotea el barro y se llena la boca de risa, que levanta su ciudad con sangre, cuyas últimas visiones se quebrarán como el cristal, compadezco al pobre inmigrante cuando se agota su alegría.


Abre el vídeo para ver la interpretación de I pity the poor inmigrant en Fort Collins, 1976



Escucha aquí I pity the poor inmigrant por el grupo Planxty en Dublín, agosto de 1980





Pincha en este enlace para ver el vídeo de la canción Tramps and Hawkers interpretada por Ewan McLennan

http://www.youtube.com/watch?v=43B_zaM2KlA


Pie de foto: Popster de Bob Dylan y Joan Baez representativo de la gira de la Rolling Thunder Revue en 1976. (Autor: Brian West).

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Trail of the Buffalo. Portland (Maine), 3-7-1988


La primera vez que Bob Dylan grabó este tema, perteneciente al cancionero tradicional americano, fue en 1961 en casa de Bob y Sid Gleason, en East Orange (New York), donde el músico Woody Guthrie pasaba los fines de semana aquejado de una grave enfermedad, y de quien Dylan captaría los arreglos de su versión de Trail… para adaptarla a su estilo. La cinta pirata que recoge aquella grabación (que durante años circuló con el nombre The Dylan’s root) tiene una aceptable calidad sonora y en sus pistas se pueden escuchar los registros de un joven cantautor que ya apunta maneras de su acercamiento al folk. Dylan nunca ha grabado oficialmente Trail of the Buffalo. Esporádicamente la interpretó durante los primeros años de la década de los sesenta y no sería hasta 1967 cuando volvamos a tener registro sonoro de la misma, durante las sesiones de grabación de canciones con The Band en la Big Pink de West Saugerties (Woodstock), pirateadas durante años hasta que fueron publicadas parcialmente en el álbum The Basement Tapes, si bien Trail of the Buffalo (que en las cintas figura con el nombre de The hills of Mexico), no fue incluida por Columbia y en la actualidad puede ser escuchada en las cintas piratas The Genuine Basement Tapes (volumen 1).

En el verano de 1988, Dylan incorpora la canción a los conciertos de la Never Eding Tour, gira que en esta ocasión también es conocida como la Interstate 88. La versión de Trail of the Buffalo interpretada el tres de julio en el Old Orchard, Portland (Maine), es una de mis preferidas, acompañada a la segunda guitarra por G. E. Smith y en la que Dylan vuelca toda su sabiduría folk para destacar un tema que bien podía haber quedado relegado eternamente al olvido. Para entonces y por fortuna, Dylan ha empezado a recuperar antiguas canciones y baladas americanas con las que sorprenderá e ilustrará sus conciertos de finales de los ochenta. Esta versión en Portland es de las primeras que se escucharán tras ser ensayada durante el mes de noviembre de 1987 en Nueva York con la banda capitaneada por G. E. Smith. Durante los ensayos, Trail... es acompañada inusitadamente por un acordeón (se desconoce el nombre del músico que lo tocó) que imprime a la canción cierto aire sureño que la contextualiza con la historia que narra: las vicisitudes de un grupo de vaqueros que en 1873 salen en expedición desde Jacksboro (Texas) para cazar búfalos.

Bob Dylan introduciría cambios sustanciales en la canción para la gira de 1989, acelerando el ritmo y con banda en detrimento de su pureza acústica, cambiando afortunadamente de registro en el concierto del 30 de octubre de 1991 en Tulsa con una excelente versión acompañado solo de la guitarra. El dylanólogo Paul Williams señala la versión de Trail... del 2 de agosto de 1988 como una de las mejores interpretadas por un Dylan acertadamente inspirado en las melodías acústicas de ese verano por escenarios estadounidenses. No dispongo de esa versión, correspondiente al primero de los tres conciertos que Dylan ofrece en el Greek Theatre Hollywood, de los Ángeles, los días 2, 3 y 4 de agosto. Sí tengo en la colección la cinta del segundo, y la parte acústica refrenda una indiscutible ejecución magistral. Dylan se inspiró en Trail of the Buffalo para componer en 1975 la canción Isis, una de las joyas musicales del aclamado Desire.

Escucha aquí la versión de Trail en el concierto de Porland, 1988.





Trail of the Buffalo.

Come 'round, you old-time cowboys, and listen to my song.
Please do not grow weary -- I'll not detain you long,
Concerning some young cowboy who did agree to go,
Spend the summer pleasantly on the trail of the buffalo.

Well, I found myself in Griffin, in the year of eighty-three
When a well-known famous drover come walkin' up to me.
Sayin', "How d' ya do, young cowboy, how'd you like to go
Spend the summer pleasantly on the trail of the buffalo?"

Well, me bein' out of work right then, to this drover I did say,
"This a-goin' out on the buffalo range depends upon your pay.
But if you pay good wages, transportation to an' fro',
I think I might go with you on the hunt of the buffalo."

"Yes, I will pay good wages and transportation too
If you'll agree to work for me until the season's through;
But if you do get homesick and try to run away,
You'll starve to death on the prairie and also lose your pay."

Well, with all this flatterin' talkin', he signed up quite a train,
Some ten or twelve in number, some able-bodied men.
Our trip it was a pleasant one as we hit the western road,
Until we hit old Boggy Creek in old New Mexico.

Well, there our pleasures ended and our troubles they begun,
A lightnin'-storm did hit us, made the cattle run.
I got all full of stickers from the cactus that did grow,
Outlaws watchin' to pick us off from the hills of the buffalo.

Well, our workin' season ended, but the drover would not pay,
He said: "You went and drunk too much, you're all in debt to me."
But the cowboys never did hear of such a thing as a bankrupt law,
So we left that drover's bones to bleach on the hills of the buffalo.


Pie de foto: Dylan durante el concierto en Porland, 1988.(Autor: John Hume).

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Muere Jim Marshall, pero su arte perdurará en un retazo de la historia del rock traducido en imágenes

Conocido por sus trabajos a mediados de los años sesenta del pasado siglo, Jim Marshall ocupa desde entonces un lugar destacado en el Olimpo del rock. Suyas fueron instantáneas inolvidables de una pléyade de músicos y conciertos, a los que Marshall supo captar imagen y alma, y esto último es lo que le valió no sòlo la confianza de quienes se interpusieron en su objetivo (Janis Joplin, The Who, Jimy Hendrix, The Beatles, The Rolling Stone, Jim Morrison, Johnny Cash y Bob Dylan, entre otros), todos ellos y nosotros estamos en deuda con un artista cuyas fotografías constituyen un documento histórico sin el cual no se comprendería ese universo creativo, sensual, diabólico e inconformista del rock. Autor de más de quinientas portadas de álbumes, Marshall sostuvo siempre que “esta carrera nunca ha sido un trabajo, ha sido mi vida”, un pulso que se paró el pasado mes de marzo mientras dormía en un hotel de Nueva York, ciudad donde esperaba presentar su último trabajo, Match Point, elaborado junto con el también fotógrafo Timothy White. Atrás quedan instantes como el de Jimi Hendrix quemando su guitarra durante el concierto en Monterey; su entrada insólita al camerino de The Beatles, cuando el cuarteto ya había ofrecido su último concierto en Candlestick Park en 1966, y las imágenes de la peregrinación (música y paz) a Woodstock o la de Johnny Cash en actitud irreverente durante su actuación en la cárcel de San Quintín en 1969. También le puso la imagen al jazz inmortalizando maestros de la música negra y cultivó como ninguno el blanco y negro que tantas satisfacciones artísticas le dio. Marshall nació en Chicago en 1936 y vivía en San Francisco.



Jim Marshall y Bob Dylan.- La relación entre fotógrafo y músico data de 1963 cuando Marshall asiste al concierto de Dylan en el Town Hall de Nueva York. “Pensé que Bob Dylan era uno de los cantantes compositores más grandes que había oído nunca”, declaró entonces. A partir de este encuentro, Marshall retrató en varias ocasiones a Dylan, creándose entre ambos un clima de cordialidad. “Al principio, Dylan era distante y frío –asegura Marshall-, no obstante confiaba en mí porque la confianza era mi fuerte, él sabía que yo nunca haría nada que no le gustara”. Sin embargo, la fama comenzó a distanciar las relaciones entre ambos. “Porque a medida que la fama crecía, también lo hacia su paranoia”, sostiene el fotógrafo, a quien se le fue haciendo más difícil acercarse al músico. Recuerda Marshall con nostalgia la fotografía de Bob Dylan dando patadas a un neumático que encuentra en la calle y que pasó a ser una de las imágenes más icónicas que tomó al músico. A propósito de ésta, Marshall señala: "Aquel día tenía que hacer algunas instantáneas para el Saturday Evenin Post y cuando Dylan, Suze Rotolo y Dave van Rock se disponían a entrar en una cafetería de Manhattan para desayunar, Dylan empezó a rodar el neumático, fueron unas fotografías que me gustan mucho porque captan la inocencia que Dylan tenía en aquellos tiempos", Tiempos que cambiaron, porque, poco a poco, Marshall fue perdiendo el interés por uno de sus modelos favoritos, ya que la gente del entorno del músico procuraba que el fotógrafo dispusiera de las menos posibilidades de acercarse a Dylan. “La última vez que lo fotografié fue en 1980 y no creo que vuelva a hacerlo jamás”. Atrás quedaban días y noches de trabajo conjunto, imágenes inolvidables de las actuaciones en clubes nocturnos y en conciertos, sólo en el festival de Newport de 1963 Marshall tomó cerca de doscientas fotos de Dylan sobre el escenario y entre bastidores.



Algunas fotos de Bob Dylan durante 1963 y 1965 por Jim Marshall.



Pie de foto: Jim Marshall. Abajo, Bob Dylan en Manhattan, en una de las fotografías más icónicas de 1963..

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Million miles. Londres, 23-11-2005

Million Miles es uno de los blues más intimistas compuesto por Bob Dylan durante la década de los noventa. La canción fue incluida en el álbum Times out of mind (1997), que supuso para el viejo juglar un vuelco esperanzador a su carrera musical de la mano del productor Daniel Lanois, con el que ya había trabajado en 1989 durante las sesiones de grabación de Oh Mercy, otro disco que le sirvió a Dylan para encarrilar su trayectoria discográfica. La versión de esta canción interpretada la noche del 23 de noviembre de 2005 en la Brixton Academy de Londres durante la gira de otoño de la Never Eding Tour (en esta ciudad actuó durante cuatro días) resulta espléndida tanto por la interpretación vocal como por el acompañamiento de su banda, los mismos músicos que le siguen en la actualidad. Existen otras versiones de Million que merecen ser destacadas, un blues de esta factura tan rico en matices como en registros es siempre bien recibido en directo. De ahí que me quede también con la versión del concierto en el Madison Square Garden (Nueva York) la noche del 21 de enero de 1998, a la que le imprime un ritmo más rápido pero menos cercano.

Million Miles relata la historia de una despedida y el lamento del juglar al perder a su amada, mientras las brasas de su amor siguen incandescentes. Resultan conmovedores los versos Te llevaste una parte de mí que extraño de verdad, aún me pregunto cuanto tiempo puedo seguir así, con el que comienza el blues y cuyo tempo ya apunta maneras de que lo siguiente que ha de venir no trae buenos mensajes. Es como un mazazo el recibido tras un verdadero romance, del que apenas quedan restos si no en la mente del juglar que ruega a su amada Méceme en tus brazos hasta que todo sea real, méceme un buen rato hasta que deje de sentir.

De esta canción sólo he escuchado una versión en voz de otro autor, y la verdad es que es fantástica. Se trata de Alvin Youngblood Hart, quien la grabó en los Ardent Studios de Memphis para el álbum Tangled up in blue (songs of Bob Dylan), donde se recoge una recopilación de temas de Dylan cantados por otros músicos. En esta versión de Million destacaría no sólo la interpretación de Youngblood, sino también la virtuosa y magistral ejecución a la armónica de Jamen Cotton, que imprime al blues la esencia de los viejos bluesman.


Te llevaste una parte de mí que extraño de verdad
aún me pregunto cuanto tiempo puedo seguir así
te contaste una mentira, mujer, yo tanmbién lo hice
y trato de acercarme pero sigo a un millón de millas
Te llevaste la plata y el oro
y me dejaste a merced del frío
a veces preguntan por tí, pero yo no les cuento lo que sé
Entro y salgo adormecido de un letargo sin sueños
y arrojo mis recuerdos a una fosa
hice tantas cosas que nunca quise hacer.
No puedo vivr sin tu amor, baja la luz de tu lámpara
necesito hasta la última brizna para llevarla adonde voy
a veces me pregunto cómo acabará todo.
No me atrevo a cerrar los ojos, ni siquiera a parpadear
quizá en otra vida pueda oirme pensar
quiera hablar con alguien, pero no sé con quién.
Lo último que dijiste antes de irte:
"Me buscaré un conserje para perder el seso".
Yo dije: "Está bien, haz lo que te parezca".
Méceme en tus brazos hasta que todo sea real,
méceme un buen rato hata que deje de sentir
yo también te meceré.
Hay voces en la noche que quieren ser oídas
aquí estoy escuchando cada palabra infecciosa
conozco a un montón de gente que me acogería un día o dos,
trato de acercarme pero sigo a un millón de millas
.

Escucha aquí la versión de Million Miles en Londres, 23-11-2005.


Pie de foto: Actuación de Dylan durante la gira europea de 2005. (Autor: Gabrielle)

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Este es un blog de información y divulgación de la música, la literatura y otras expresiones artísticas de Bob Dylan. Fue creado el 15 de enero de 2009, sin ánimo de lucro, con el fin de que la obra de este artista estadounidense sea conocida por las nuevas generaciones.

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