Lily, Rosemary and Jack of Hearts y los enigmas del concierto en Salt Lake City 25-5-1976


Entre resignado y esperanzado deambula el coleccionismo dylaniano mundial cuando sale a relucir el concierto de Salt Lake City (Utah) en mayo de 1976. Y es que no se pueden concitar mayores infortunios en un solo espectáculo del que es considerado actualmente como una de las actuaciones más enigmáticas de Bob Dylan, pues al infortunio de no disponer de una grabación ni fotografías del concierto, al juglar no se le ocurre otra cosa aquel día que interpretar Lily, Rosemary and the Jack of Heart y presuntamente Black Diamond Bay, que debutaron en directo y a partir de entonces nunca más se volverían a escuchar sobre un escenario. Un documento sonoro tentador que de aparecer ahora, más de treinta años después, supondría una revolución discográfica. Sin duda los coleccionistas lo aquilatarían como una joya impagable. La cuestión está en saber si la discográfica de Dylan dispone de este registro sonoro. No sería descabelllado suponer que el concierto estuviese entre las miles de cintas que dan fe de los conciertos de Dylan. Quizá algún día Sony Music nos sorprenda con la publicación de ambas canciones en un bootleg, quizá sea demasiado soñar con aquella noche donde se bajó el telón de la segunda y última gira con los músicos, poetas, dramaturgos y gente de la bohemia que conformaban esa creativa troupe llamada Rolling Thunder Revue.

El de Salt Palace Arena hubiera pasado por un concierto más de aquella gira cuyo planteamiento y puesta en escena desde 1975 habían satisfecho musical y artísticamente a Bob Dylan. Según las crónicas de prensa de los días siguientes, el concierto no se salió de los esquemas de los anteriores y la división sistemática de intervenciones se cumplió a rajatabla satisfaciendo por igual a los incondicionales que se rascaron el bolsillo para acceder al Salt Palace.  Nick Snow, desde el Desert News (recorte de prensa de la izquierda), informaba de las excelentes interpretaciones de los miembros de la Rolling, de la primera parte de un Dylan "que se presentó sin fanfarria, se acercó al micrófono mientras rasgaba las cuerdas de su guitarra mirando alrededor suyo, el público esperaba en silencio hasta que el hombre cantó: Hey, Mr. Tamborine man, con su peculiar estilo, el público reaccionó con un rugido de apreciación quedando camuflado el primer verso de la canción". Después de un bloque de canciones del juglar, intervino Joan Baez, que cantó a capela una versión de Do right woman, do right man, y la alegre Dancing in the streets. Sweeter for me dio paso a la bella Diamonds and rust, tras la cual "Dylan regresó al escenario y juntos cantaron Blowin' in the wind y Big Jim, Rosemary and the Jack of Hearts".

 Baez y Dylan durante uno de los conciertos en 1976.
Esta es la primera constatación de que Bob Dylan interpretó Lily... aquella noche, y lo hizo cambiando el título por el de Big Jim, Rosemary and the Jack of Hearts, a tenor de lo que entendió el periodista. Big Jim es el personaje principal de la historia del salvaje oeste que nos narra la canción. Es, además, uno de los personajes usados por su admirado Woody Guthrie en su relato Bound for glory, el libro de cabecera del juglar durante sus comienzos. Otro testimonio que aporta la veracidad de la interpretación de esta canción en el Salt Palace es el que ofreció el técnico de guitarras de la Rolling Thunder Revue, Joel Bernstein, al escritor Howard Sounes, autor de La biografía, uno de los textos imprescindibles, además del de Scadutto, sobre la vida del juglar."Yo estaba en el tour y recuerdo muy bien aquella actuación", sostiene Bernstein, quien agrega además que Dylan llevaba escrita "en la muñeca de su mano o en el puño de la camisa el primer verso de cada estrofa para no olvidar la letra"; en su opinión hubiera filmado este concierto antes del de Fort Collins, "fue muy superior", asegura. El cronista del Desert News, por su parte, no dice nada sobre la presunta interpretación de Black Diamond Bay, igual que su colega del The Salt Lake Tribune (recorte de prensa de la derecha), David L. Beck, quien en general alude al buen concierto ofrecido por la RTR, a la que dedica su más ansiado deseo de que siga rolando, menciona la interpretación conjunta de Dylan con Baez en el tema Railroad boy, y llegando al turno del juglar escribe: "Dylan se paseaba en solitario con su guitarra, un pañuelo cubriéndole la cabeza, la armónica acoplada alrededor de su cuello, entonces empezó a cantar, no había duda, con su hermoso tono nasal Mr. Tamborine man y Gates of eden, luego Van Gogh con Neuwirth y cuatro más con la banda". La crónica de Beck no avanza más de Diamond and rust, por lo que no menciona la interpretación de Lily... Un día después, en la edición del The Daily Utah Chronicle, el periodista Jeff Howry confirma también la canción del Blood on the tracks, pero nada menciona con respecto a la clásica de Desire, la cual solo parece haber existido en directo aquella noche para el periodista Joseph Werfelmann, quien lo asegura en su artículo Rolling Thunder still rolling, según la página web de Bjorner.

Portada del vinilo pirata Passed over
and Rolling Thunder, 1976
Lily....- Lily, Rosemary and the Jack of Hearts fue grabada en la versión alternativa el 16 de septiembre de 1974 en los A&R Studios de Nueva York para el álbum Blood on the tracks. Sólo se realizó una toma, que es la que conocemos en el Bootleg Series vol. 1-3 (1991), si bien en 1976 la versión ya circulaba en el doble vinilo pirata Passed over and Rolling Thunder, en cuya cara 3 se grabaron cuatro canciones (tomas alternativas) de las sesiones de Nueva York. Una copia de este disco comenzó a circular un año después en el mercado negro con el título Bloodtakes. Dos cedés también piratas en 1997 y 1998, Blood on the tapes y Blood on the tracks New York sessions, respectivamente, presentaban una colección completa de los descartes y tomas alternativas de uno de los discos considerados obra maestra del juglar. Lily.... sufrió arreglos en diciembre de 1974 en los Sound 80 Studios de Minneapolis, a la que se dotó de un ritmo más acelerado y la armónica tal y como la conocemos en el Blood on the tracks oficial. La canción, como las de hondo estilo dylaniano, nos narra una historia visionaria, como posteriormente encontraremos en Black Diamond Bay o Isis, con antecedentes tan poéticos como Sad-eyed lady of the lowlands o Desolation Row, con ese realismo entre ficticio y real que nos mantiene intrigados hasta ver qué acontece en la estrofa siguiente. El juglar esboza el perfil de Lily con gran ternura y entereza: Lily era una princesa, pálida y delicada como una niña/ hacía lo que debía con su sonrisa radiante/ venía de un hogar roto y había tenido mil historias raras/ con hombres de todo tipo que la llevaban adonde fuera/ pero jamás había conocido a nadie como la sota de corazones, y la sitúa en un mundo de adversidad que afronta con decisión, envuelta ese enigmático mundo del tarot y la cartomancia, en donde la sota de corazones se nos aparece como símbolo de la soledad, aislamiento, irregularidad y falta de decisión.

Si bien el juglar no se ha prodigado con la interpretación de esta canción en directo, sí lo han hecho otros músicos como Robert Hunter, quien en clave acústica bordó esta canción en el concierto del Palace Theater Albany (NY) en mayo de 1997; Simplicity lo hizo en julio de 2006 durante su actuación en Beaver Island (Michigan), mientras Mary Lee's Corvette y Joan Baez popularizaron esta canción con versiones country.


Escucha aquí Lily, Rosemary and Jack of Hearts en la versión alternativa
grabada en las sesiones de Nueva York en 1974.

Y aquí la versión de Joan Baez.


Lily, Rosemary y la sota de corazones.

La fiesta y los chicos preparaban un golpe,
el cabaret quedó en silencio salvo por el taladro en la pared,
ya no había toque de queda ni ruleta en marcha,
la gente sensata había dejado la ciudad,
él estaba en el umbral como la sota de corazones.

Atravesó el salón de espejos y dijo "Pago una ronda",
y todos siguieron con lo que hacían antes de volver sus cabezas,
luego se acercó a un extraño y sonriente preguntó:
"¿Sería tan amable de decirme a qué hora empieza el show?",
y se fue hasta el rincón, cabizbajo como la sota de corazones.

Tras el escenario, las chicas jugaban al descubierto en la escalera,
Lily tenía dos reinas y esperaba una tercera para el trío,
las calles se iban llenando, la ventana estaba abierta,
soplaba una fresca brisa, la sentías también dentro,
Lily subió la apuesta y le salió la sota de corazones.

Big Jim no se chupaba el dedo, suya era la única mina de diamantes
hizo su aparición habitual, tan fino y elegante,
iba con guardaespaldas, bastón de plata y cada pelo en su sitio,
tomaba lo que quería y luego lo desechaba,
pero gorilas y el bastón no valen lo que una sota de corazones.

Rosemary se peinó y fue a la ciudad en calesa,
entró por la puerta lateral como una reina sin corona
agitó sus pestañas postizas y le susurró al oído:
"Perdona, querido, la tardanza", pero él no parecía escuchar,
pues miraba absorto a la sota de corazones.

"He visto esa cara antes", Big Jim dijo para sí,
"quizá allá en México o en una foto de algún estante",
el gentío se puso a zapatear y la luz se atenuó,
y en aquella oscuridad sólo estaban él y Jim
contemplando la mariposa que había sacado la sota de corazones.

Lily era una princesa, pálida y delicada como una niña,
hacía lo que debía con su sonrisa radiante,
venía de un hogar roto y había tenido mil historias raras
con hombres de todo tipo que la llevaban adonde fuera
pero jamás había conocido a nadie como la sota de corazones.

El juez de la horca llegó desapercibido y fue agasajado con un festín
el taladro seguía sonando en la pared pero nadie parecía notarlo
todos sabían que Lily tenía un anillo de Jim
y que entre el rey y ella nada se interpondría
No, nada salvo quizá la sota de corazones.

Rosemary empezó a beber y a ver su reflejo en el cuchillo,
estaba harta de la atención, de interpretar a la esposa de Big Jim,
había sido muy mala, hasta había intentado suicidarse,
quería hacer una buena obra antes de morir,
miraba al futuro, cabalgando sobre la sota de corazones.

Lily se lavó la cara, se quitó el vestido y se deshizo de él,
"¿Se te acabó la suerte?", preguntó riendo, "supongo que  no ignorabas
que algún día sucedería
ojo con la pared, está recién pintada,
me alegra que estés vivo, pareces un santo",
por el pasillo se oían pasos que iban tras las sota de corazones.

El director de escena daba vueltas en torno a su silla,
"sucede algo raro en el aire", dijo, "lo puedo percibir"
Salió por el juez de la horca, pero el juez estaba borracho,
mientras el primer actor salía por pies en hábito de monje,
no había mejor actor que la sota de corazones.

Los brazos de Lily estrechaban al hombre que tanto amaba tocar,
olvidó del todo a aquél cuyo acoso ya no podía aguantar,
"te echaba de menos", le dijo, y él pensó que no mentía
aunque una vez fuera sintió celos y temor
no fue más que otra noche para la sota de corazones.

Nadie supo cómo, pero se dice que ocurrió rápidamente
se abrió la puerta del camerino y sonó el clic de un revólver trucado
y allí estaba Big Jim, ni siquiera sorprendido,
Rosemary junto a él mirando fijamente
estaba con Big Jim, pero inclinada hacia la sota de corazones.

Dos puertas más abajo, los chicos taladraron por fin el muro,
limpiaron la caja fuerte, y parece que se llevaron un buen botín,
en la noche se agazaparon junto al río a la espera
de un compinche que tenía algo pendiente en la ciudad,
no podían dar un paso sin la sota de corazones.

El día siguiente era de horca, se cernían negras nubes.
Big Jim yacía amortajado con un navajazo en la espalda,
y Rosemary en el cadalso ni siquiera parpadeó,
el juez de la horca estaba sobrio, ni una gota había bebido, 
sólo faltaba la sota de corazones.

En el cabaret vacío, un letrero "Cerrado por obras",
Lily ya había quitado todo el tinte de su pelo,
pensaba en su padre, a quien veía rara vez,
pensaba en Rosemary y en la ley,
pero sobre todo pensaba en la sota de corazones.

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